El 2021 pasará a los libros de texto de mi historia como probablemente el peor año de mi vida y no, no lo digo de manera dramática, sino realista. Fue un año extraño, de aprendizaje, sin duda, pero también un año completamente improductivo y en donde mi carrera musical se redujo al consumo de instrumentos, gadgets y gear en general como el maldito cerdo que soy… Ah, y a grabar un disco con Barely Brujas, proyecto que tristemente nació muerto y no comentaré (hoy) al respecto.
De manera personal también fue un año extraño: pérdidas, replanteamientos, ganas de aventarte de un barranco, ya saben, una chulada.
Si algo rescato de esta horripilante vuelta al sol fue sin duda este último mes: al menos logré tocar por primera vez un set completo de canciones 100% originales y escritas por mí, obviamente las canciones de “Todo Suena Igual” que es un material del cual me siento muy orgulloso por ser además un disco que le puedo mandar a mis tías para que lo escuchen sin que teman por el destino de mi alma en la otra vida, y destaco mi aparición en Músicos San Juan del Río y esta última tocadita-convivencia que tuvimos hoy cortesía de Dan Rodríguez.
Ya lo he dicho antes y siempre es un gusto poder acompañar, compartir escenario o simplemente coincidir con gente que anda el mismo camino y mucho más cuando ese camino es en el mismo espacio geográfico (mismo pueblo, pues). En esta convivencia en particular se trató tal cual de un “Open Mic” en donde cada uno de los invitados se subía un rato y cantaba o decía cualquier cosa, la verdad es que creo que hacen falta bastantes más ejercicios de estos con el puro afán de convivir, justo como este evento.
Ojalá que haya más en este año que inicia, pero por lo mientras fue una buena despedida para un mal año. Ahí les mando tres fotitos: